¡Bienvenidos a la era del 3D!


Estamos asistiendo a la mayor revolución técnica de la historia del cine desde que Mr. Orson Welles asombrara al público con Citizen Kane, probablemente la mejor película de la historia desde un punto de vista técnico y teniendo en cuenta la tecnología de la época. Orson Welles fue un visionario que se adelantó a su tiempo, en está película la actuación de los actores queda relevada a un papel secundario y es la aplicación de nuevas tecnologías y métodos lo que la hace una obra maestra. Sin embargo a diferencia de Welles, James Cameron ha batido todos los records de taquilla superando incluso a su anterior taquillazo, Titanic.

Avatar va camino de convertirse en un hito, en dos semanas la película ha recuperado todos los costes de producción y comercialización en medio de una recesión mundial generalizada y una cada vez mayor preferencia del público por el DVD casero. Hoy en día, con un consumidor mucho más informado y que gracias a Internet a tomado conciencia de su verdadero papel dentro del mundo del marketing, es necesario algo más que una buen guión para llevar una familia al cine y conseguir que gasten unos 6 euros por persona en ver una película cuando por 3 euros toda la familia puede disfrutarla tranquilamente en su casa sin esperar colas (bueno, eso era antes, ahora casi nunca hay colas en los cines). Gran parte de este éxito se debe a la aplicación del Digital 3D que ha relegado al olvido el antiguo sistema anaglífico de las gafas de cartón. Las gafas actuales permiten actualizar la imagen 120 por segundo, alternando la visión en cada ojo, con lo que el cerebro fusiona las dos imágenes en una sola en 3D.

¡Señores, el cine ha muerto! Larga vida al cine 3D!

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